Nuestros pequeñines de Madrid lo han pasado en grande estas Navidades en las Convivencias de Cruz de Borgoña. Concursos, carreras, teatros, villancicos, juegos y por supuesto, ratitos para aprender y para acercarse más a Jesús. Para nosotros, los monitores de Cruz de Borgoña, ha sido todo un privilegio contar con ellos estos días y aprender de su ilusión por cada detalle. ¡Qué ganas de repetir!
El pasado sábado 17 de febrero la juventud carlista de Navarra hicimos una excursión a un pueblo pequeño pero de gran importancia para la historia de nuestra causa, Tabar, ya que se encuentra a las faldas de la sierra de Lumbier, donde nuestros antepasados el 30 de octubre de 1875 derrotaron a los liberales en la larga y dura batalla de la Trinidad de Lumbier.
Nos recibió Juana Mari, una mujer muy amable que nos acogió con gran cariño y abrió el Museo Carlista de Tabar en el cual vimos espadas, catanas, uniformes, retratos y demás objetos curiosos que nos transportaron un par de siglos atrás en el tiempo.
Tras la visita, los pelayos y margaritas recibimos formación sobre la procedencia de nuestras banderas, la de Navarra, la de las aspas de San Andrés y la de España , además de la explicación de por qué los chicos llevan boina roja y las chicas boina blanca. Acto seguido, los pelayos aprendieron a hacer de monaguillos con Claudio mientras las margaritas se afanaron en preparar el altar para la Santa Misa, después de la cual, tuvimos un rato de adoración al Santísimo y bendición. A la salida nos esperaba una sorpresa ¡dulces para los niños que participaron en la Eucaristía!
Luego, disfrutamos de una estupenda comida en la casa parroquial de Lumbier, seguida de una interesante sobremesa en la que tratamos diversos temas de actualidad social. ¡Estamos deseando repetir!
El pasado 2 de marzo nos desplazamos a Pamplona desde Barcelona, Madrid y Castilla, Valencia, Vitoria y la propia Navarra para hacer la javierada, peregrinación de Pamplona a Javier. Cerca de las 10 estábamos casi todos ya en el seminario, dónde cenamos y más tarde dormimos.
El sábado, a las 7 y media de la mañana estábamos comenzando la Santa Misa, celebrada por Don Miguel, a la que se unieron los que faltaban del grupo, llegando a ser más de 40 jóvenes. Una vez terminada, desayunamos lo que nos había preparado con mucha generosidad Teresa y una vez llenado el estómago, salimos en coches a Noáin para salir andando hacia Javier.
Durante la marcha hicimos algunas paradas: Montreal, dónde almorzamos y rezamos el Santo Rosario, el bosquecillo, dónde paramos a comer y la parada de la Cruz roja. Fuimos llegando poco a poco a Sangüesa, que fue donde dormimos. Allí pudimos acudir a una Adoración, momento muy especial que da sentido a la peregrinación. Una vez terminada fuimos a la casa a cenar todos juntos y dormir.
Al día siguiente, domingo, nos unimos al Viacrucis de Sangüesa a Javier. Una vez en Javier, el señor arzobispo de Pamplona y Tudela, Don Francisco Pérez, celebró la Santa Misa junto con decenas de sacerdotes. Pese a la lluvia asistió muchísima gente que a pesar de todo no falló. Poco más tarde, volvimos en coches a Pamplona donde comimos todos juntos. Llegado el momento de la vuelta a casa no se oyó ningún adiós, sino un cariñoso hasta pronto.
Después de días y semanas de inhabitual lluvia por estos lares, la mañana del sábado se levantó radiante, como teníamos encargada los borgoñones sevillanos. Así que nos calzamos nuestras botas, nos calamos las boinas, alzamos nuestras banderas y unos 25 de nosotros nos echamos al monte.
Llegamos al punto de inicio a las afueras de El Garrobo y dispusimos el orden de marcha. Al poco de iniciar, al que cerraba el grupo haciendo de escoba se le acerca el alcalde de la localidad, que amablemente le advierte de que hay una zona que por las últimas lluvias está muy mal por el barro. Contábamos con ello por conocer la zona. Así que llegados al punto la cabeza pide que el grupo espere para buscar la mejor opción… mientras los más pequeños ya han buscado el paso por su cuenta no dejando ni un zapato seco.
Seguimos camino y atravesamos una zona con varias cuestas. Después de mucho subir, desde lo alto contemplamos el valle que forma el Guadiamar y ante nosotros una muy pronunciada bajada que de momento nuestras piernas agradecen pero que a la vuelta resultará la parte más dura del recorrido.
A media bajada dan las doce y hacemos una momentánea parada para el rezo del Reina del Cielo. Pocos minutos después llegamos a la orilla y nos tomamos un pequeño respiro, que los más pequeños aprovechan para quitar el barro de sus botas… metiéndose en el río hasta las rodillas.
Giramos hacia el sur dejando el río a nuestra derecha y lo acompañamos durante unos kilómetros, disfrutando del paisaje y teniendo que vadear alguna escorrentía que sigue trayendo la mucha agua caída en los últimos días.
Llegamos por fin a la zona de la Garganta, teniendo que buscar el paso más seguro para los niños por las piedras que la forman, hasta llegar al mismo borde de la cascada. Allí dedicamos unos minutos a contemplar la fuerza del agua cayendo y a evitar que alguno se asomara más de lo debido.
Volvemos sobre nuestros pasos algo más de un kilómetro hasta una playa de arena donde descansaremos, comeremos y pasaremos un rato de convivencia disfrutando de la naturaleza. Los más pequeños saltaron y chapotearon en el río disfrutando de lo lindo no dejando ni una prenda seca ni limpia. Las manchas se quitarán pero la experiencia les durará mucho más.
Con las pilas cargadas emprendimos camino de vuelta que nos volvió a llevar por zonas de barro y charcas donde los pequeños disfrutaron buscando renacuajos como último capítulo de una jornada de convivencia y de disfrute de la naturaleza en la que conocimos un precioso paraje de nuestros montes.
En el ajetreo cotidiano en el que constantemente nos vemos envueltos (o por lo menos el autor que os habla se halla envuelto), resulta muy gratificante la experiencia vivida en un simple fin de semana. Porque como al fin y al cabo hay vida después de mañana, estas jornadas sirven como respiro para tomar perspectiva del frenesí matutino. Nos recuerda que el verano se acerca y que hay un campamento que organizar.
Nada hay como la ilusión de los niños y aunque los monitores ya no lo somos, ciertamente emociona comenzar a planear el campamento. Es sobre todo prepararse uno mismo para confrontar esta forma de vivir las vacaciones que hemos elegido. Se impartieron charlas sobre temas como la pedagogía, la previsión, la oratoria, nuestros orígenes o la preparación de simples juegos que en el fondo ocultaban otros temas como la paciencia, la actitud, el liderazgo o la fe. Todo ello se ve envuelto en ese sano clima que también se respira en cierto lugar de Gredos en la época de agosto. En el aquella casa (añado que el emplazamiento fue inmejorable) se rezó y también se oyeron risas. Pruebas de que Cruz de Borgoña está donde estamos nosotros.
Más que una preparación es el inicio de la misma. En lo formal se aprende a ser monitor quince días, en el fondo recuerdas esos valores que muchas veces quedan escondidos entre nuestras tareas de cada jornada. Todo lo recibido en ese brevísimo fin de semana es la semilla que ha de crecer y dar fruto, no solo en nuestra labor en Cruz de Borgoña, sino en nuestro devenir diario.
Como muchas otras peñas Navarras, Arnotegui fue un punto fortificado que los carlistas utilizaron en el siglo XIX (segunda guerra carlista) para vigilar los pasos de Estella a Pamplona. A día de hoy, la ermita junto con los restos de lo que fue un humilde fuerte carlista, sirve como lugar de culto y hogar de Lázaro, el ermitaño. A pocos metros se eleva un gran fuerte isabelino de la misma época, bautizado como “fuerte infanta Isabel”. De éste solamente quedan unos esbozos de muros y cimientos, pues fue abatido y cañoneado por los carlistas en la tercera guerra carlista.
Pequeños y mayores, el 2 de Junio nos juntamos en Puente la Reina para ascender a Arnotegui. Previamente al ascenso, pelayos y margaritas adornamos con flores las andas que los jóvenes carlistas construimos dos días antes, y que llevarían sobre sí a la virgen María. Al ritmo de canciones a la virgen y buena conversación, nos fuimos turnando las andas hasta coronar Arnotegui. Allí almorzamos para reponer fuerzas, y rezamos el rosario. Después hicimos una visita al Santísimo y le dedicamos unas cuantas canciones carlistas. Enseguida Lázaro, el ermitaño, nos invitó a entrar en su casa, y allí nos explicó la historia de la ermita, que data del siglo XIII, y del noble San Guillermo, patrón de Obanos. Éste mató a su hermana Felicia en un ataque de ira, y se retiró el resto de su vida a Arnotegui para orar e implorar perdón a Dios.
Después estaba previsto subir al fuerte “infanta Isabel”, construido después de la segunda guerra carlista. En él aguardaba una bien armada patrulla del ejército liberal. Éste fue escenario de una divertida historia. Uno de los oficiales, el sargento López, en la época de Gamazo (político liberal que pretendía atentar contra el fuero navarro), supo poner por delante su condición de Navarro a los intereses de nadie, y se alzó en armas al grito de “viva Navarra y sus fueros”. En una época de paz en la que ser voluntario carlista tenía como premio quedarse sin bienes, éste hombre se levantó contra el gobierno con tan solo seis hombres, entre ellos el hijo del ermitaño de Arnotegui. No hubo tiempo para éste último paso, pues la conversación interesantísima con el ermitaño alargó sus minutos. Pero volveremos a saber más de este fantástico escenario de la historia del carlismo y de la historia de nuestro pueblo, Navarra.
Oración a San Miguel Arcángel del Papa León XIII
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
“¡Quién como Dios! ¡Nadie como Dios!” Una vez más éste grito resonó en la cumbre de Aralar éste pasado 24 de Junio. Como ya es tradición, decenas de carlistas navarros y vascos peregrinamos al corazón de Navarra para renovar la consagración de las juntas carlistas al protector de Navarra y de la Iglesia universal, San Micael Excelsis.
Los jóvenes de Cruz de Borgoña, con afán de imitar a nuestros mayores, subimos a pie desde Madoz. Atravesamos andando el valle de Huarte Arakil en total quince recios pelayos y margaritas. Por el camino no faltó la alegría, las risas, los tropiezos, el cansancio a veces, las canciones, los himnos, un buen almuerzo, la presencia de Dios y la conciencia de lo que llevábamos a cabo.
¡Por fin la cima! Arriba nos esperaban los pelayos y margaritas que, por edad, horarios, etc. ascendieron en coche. Como siempre, algunos visitantes del santuario, al ver nuestras banderas y nuestras boinas colorás, nos daban el alto emocionados para contarnos que sus padres, abuelos o parientes cercanos, también llevaron en su día la boina roja sobre los hombros.
Acudimos a la Eucaristía y renovamos nuestra consagración y promesa al Arcángel, para que nos guíe en la batalla espiritual de nuestros días.
Una media centena de carlistas comimos en el refugio del santuario, llenando el lugar. Los niños poco tardaron en salir a jugar al monte. Después de la comida, la junta de la comunión tradicionalista carlista de Navarra (CTC) propuso una sobremesa redonda invitando al café, para hablar en hermandad de la situación política actual de Navarra. Javier Garisoain y José Fermín Garralda guiaron la conversación. Charlamos en asamblea proponiendo ideas, y los más veteranos nos cortaban el discurso a los más jóvenes corrigiendo nuestra ignorancia con infinito cariño y reafirmando el punto de vista del carlismo sobre las distintas temáticas. Tales como Felipe Vives, Carlos Ibáñez, etc.
Son las cinco. Subimos de nuevo a la capilla y rezamos el rosario a Nuestra Madre del cielo. Nos despedimos con gran entusiasmo tras haber pasado un día fantástico: monte, oración, fe, historia, canciones, lecciones de nuestros mayores, alegría, tradición... en definitiva: carlismo. ¡Qué gran manera de cerrar un curso lleno de aventuras! El año que viene sin duda repetiremos. Os dejamos con la oración a San Miguel Arcángel
Es de bien nacidos ser agradecidos”, dice un viejo refrán. El curso ha terminado con más o menos éxito, pero sabiendo que estamos totalmente en manos del Señor. Ahora toca recoger la cosecha, y dar gracias. Además, el campamento Cruz de Borgoña 2018 se acerca, y hay que comenzar a poner el cuerpo y el alma a tono para aprovecharlo al máximo.
Así que con ese talante subimos unos pocos jóvenes carlistas a Montserrat en este sábado 30 de junio. Comenzamos el ascenso a las diez de la mañana desde Monistrol. A las doce acudimos a la Santa Misa y dimos las gracias a la Mare de Deu de Montserrat por habernos cuidado y protegido durante todo el año, como hizo en su día con el tercio de Montserrat. También le pedimos por los frutos del campamento, para que fuésemos buenos referentes, a imitación de Cristo, para los niños cuyos papás dejarán en nuestras manos. Después de la Eucaristía almorzamos y charlamos. Posterior descenso a pie rezando el rosario y dando gloria a Dios. Un gran plan de mañana.
Estamos en Montejurra (Estella, Navarra), escenario de grandes y muy numerosas batallas durante las tres guerras carlistas. Primero un poco de historia para entrar en situación.
La batalla más importante fue en la 3ª guerra carlista, cuando los liberales trataron de tomar Estella por tercera vez consecutiva. El general liberal Moriones avanzaba altivo e imparable por el paso de Villamayor de Mojardín, con 13.000 hombres a pie, 1.500 a caballo y 22 cañones. Allí le esperaba una desarrapada y desarmada tropa de voluntarios carlistas a las órdenes del general Ollo. Serían 9.000 hombres a pie, 200 a caballo y cuatro cañones lo que se interpondría entre Moriones y Estella, atrincherados en Montejurra con escasos cartuchos de pólvora. Tal desproporción había, y tan clara parecía la victoria, que antes siquiera de comenzar la batalla, Moriones confiado hizo mandar un telegrama a Madrid: “Tomado Montejurra. Domino Estella”. ¡Cuál sería su sorpresa! El mismo Carlos VII se encontraba en primera línea de batalla animando y capitaneando a sus voluntarios. Tan fiera, leal y valientemente lucharon los carlistas por su rey y por la religión, que hicieron salir corriendo a los liberales. Tras la batalla las tropas carlistas desfilaron en Estella para dar gracias a la Virgen de Irache por asistirles en el combate. Carlos VII pasará revista a sus voluntarios con estas palabras: “yo os he acompañado en el combate, yo os he visto vencer, yo estoy orgulloso de vosotros”. Desde entonces, este monte es un icono del carlismo en toda España, símbolo de la bravura de los carlistas, fervorosos luchadores por Dios, la patria y la tradición. Y se entonan canciones recordando aquel evento (ej.: estando herido por un balazo).
Desde hace mucho tiempo, se viene celebrando un Via Crucis anual en el día de La Santa Cruz, en el que miles de excombatientes y familiares honran, recuerdan y rezan por los caídos de ambos bandos. Tradición ya casi extinguida, por cierto.
Hoy, 15 de septiembre, día también de la Santa Cruz, hemos querido recuperar este Vía Crucis para revivir aquello que nuestros mayores han mantenido durante generaciones en Montejurra.
Así que a las 9.30h, partimos 15 personas desde Irache, antiquísimo monasterio que también sirvió como hospital en las guerras carlistas. Al llegar a la primera estación, recordamos el doble carácter de la actividad. Por una parte proponemos un juego: encontrar cruces del viejo Vía Crucis. Por otra parte, se anima a niños y mayores a ofrecer la subida por alguien que lo necesite: un familiar, un amigo, etc. Y por España, que sin duda necesita de nuestras oraciones.
Buscamos y buscamos. ¡Buscamos mucho! Y tan solo encontramos ocho de las catorce cruces. El resto rotas, cuando no ocultas por la maleza. Al fin coronamos la primera cima: la cima de San (…). El altar donde se celebraron las misas con la asistencia de millares y millares, sigue en pie y en buen estado. Saludamos al Cristo negro y seguimos nuestro camino, coronando la segunda cima, la más alta.
En la tercera cima, a la que se puede acceder en coche, nos esperaba el resto del grupo. Tras una breve sesión de formación sobre la gran batalla de Montejurra, almorzamos disfrutando de las vistas y tratando de imaginar los movimientos de las tropas de ambos ejércitos de antaño. Lo que no sabían los jovencísimos carlistas, es que Carlos VII escondió en ese monte un tesoro que aún estaba por descubrir. Se nota que nuestros pelayos y margaritas son audaces e inteligentes, pues nos pusimos a buscarlo y enseguida dimos con el premio (Gymcana). También hubo premio para los más benjamines, que se llevaron un polo de CB cada uno, por estar allí apoyando la causa desde pequeñitos.
Gracias Borgoñones por haber venido. Ha sido un día excepcional.
¡Viva Cristo Rey!
En nuestra escapadita al museo carlista de Tabar (Navarra) en el pasado 17 de febrero, el Padre Javier, nos acogió en su casa y nos transmitió su preocupación por lo aconteciente en su tierra natal: Venezuela. El comunismo está exprimiendo la tierra, dejando sin comida a toda la población por abuso de los poderes y la autoridad civil. La gente muere de hambre o enferma, y muchos huyen en oleada a los países vecinos. El paraje es desolador.
Los jóvenes carlistas de Cruz de Borgoña, en agradecimiento a la hospitalidad del padre Javier en la casa parroquial de Lumbier, quisimos agradecérselo con algo más que palabras. “¿Qué podemos hacer por su país?”, preguntó uno. “Mandar comida es demasiado caro, porque pesa mucho. Lo más práctico es mandar medicamentos”. No hubo falta hablar más. Tan pronto como salimos de allí, nos propusimos luchar contra el comunismo de Venezuela, ayudar a esa pobre gente.
Comenzamos una campaña de recogida de medicamentos por parroquias, farmacias, familias, amigos de la causa, etc. Con cuatro semanas de plazo terminó la campaña y fue muy fructífera. Mandamos varias decenas de kilogramos de medicamentos a través de una ONG. Esperamos haber ayudado con nuestro granito de arena que es una gota en el océano. Si cada persona da un paso al frente, muchos pocos hacen mucho. ¡Ánimo! Todo para que Cristo reine en los corazones de los hombres.
¡Viva Cristo Rey!
El pasado 16 de diciembre, los jóvenes carlistas Navarros celebramos a nuestra patrona: la Inmaculada Concepción. El lema de este año clama al cielo: “Navarra, vuelve a tus raíces cristianas”. Es un ruego, una petición: Navarra, vuelve, recupera tu juicio.
Comenzamos con lo más importante: la Santa misa a las 12.30 en la iglesia de las Recoletas. El sacerdote animó a la juventud a “ser como María, sin mancha: una juventud de corazón limpio, transparente, una juventud casta”. Difícil propósito tal como vienen los tiempos, pero, ¿por qué no imitar a nuestra madre, como todo buen hijo? Con ese ímpetu del que quiere cumplir su propósito, renovamos un año más nuestra consagración a la Inmaculada, y el compromiso de ser fieles hijos suyos.
Frente al monumento a nuestra patrona, los más pequeños van con flores a María, mientras Pedro Juan, secretario de la Hermandad de caballeros voluntarios de la cruz, lee unas palabras: “Navarra entera está llena de signos que nos recuerdan que se ha alimentado de los principios cristianos durante siglos (…) El hombre no es solo un Homo Sapiens, es sobre todo Homo religiosus, porque tiene conciencia de trascendencia y divinidad (…). Si navarra quiere volver a ser próspera, tiene que volver a ese religiosus que le abre hacia el otro y los otros y nos hace ser nosotros, un pueblo”. Javier Garisoain, nuevo presidente de la CTC a nivel nacional, recuerda en primer lugar a María Cuervo Arango, quien ha servido a la causa durante largos años como presidenta, y nunca faltó a nuestra fiesta. Sigue su discurso con tono firme y fuerte, diciendo rotundamente que “estamos aquí para hacer política, pero nuestra política no consiste en hablar de elecciones ni de lo malos que son los demás. Sino en la defensa, rescate y la recuperación de la España Tradicional. De todo aquello que no es revolución liberal, porque si algo nos define es que somos antiliberales. Esa ha sido nuestra lucha durante más de 200 años”. Prosigue diciendo: “el problema es que el liberalismo nos ofrece una libertad que es mentira (…), el laicismo, dejar la fe en casa (…) la soberanía nacional…”.
Dejamos la calle y entramos a Los Vieneses, restaurante excepcional donde siempre nos reciben con una sonrisa. Tras la comida, abre la tradicional ronda de discursos Sancho, vocal de la juventud carlista de Navarra, presentando el lema de este año. “Las raíces cristianas de Navarra son los fueros bien entendidos, puesto que la Patria son los fueros. Citando a Don Santiago: “Los fueros no son caprichos o excepciones de un pueblo, una casta o una clase social, sino que nacen de la aportación jurídica y filosófica más notoria de los pensadores cristianos: Persona humana y Derecho natural”. (…) Es decir, son una serie de derechos de cada tierra basados en la persona humana y el derecho natural que limitan el poder y marcan un horizonte moral, dando libertad a cada región según su personalidad, pero nunca vulnerando estos fueros. (…) Para que sea fundamento sólido, implica una concepción cristiana de la vida: respeto a la persona, lealtad al hermano, honestidad, nobleza, etc. Puesto que solo el bien engendra tradición. En caso contrario, nos convertimos en una autonomía más, y nuestro destino es ser independientes”. Terminado su discurso, Sancho anuncia que Carmen, a partir de este mismo día, será la secretaria de Socorro Blanco Jóvenes, entidad derivada de Socorro blanco con permiso de su presidenta Belén Fuente Cobo. Recordó los orígenes y fines de SB allá por 1933, “ayudar a los católicos y a los soldados de la tradición”. Sigue Carmen explicando que “hoy tenemos una función distinta, que consiste en acompañar o dar apoyo a nuestros ancianos o enfermos que están solos (…) ya que ellos constituyen el cimiento de nuestra fe, tradición y patria”. Finaliza Carmen exponiendo las finalidades de esta rama juvenil de SB: “sensibilizar a los jóvenes de las realidades sociales, y formar su juicio respecto a ellas, dar caridad al que lo necesita, agudizar la piedad práctica…”. Terminado su turno, le fue entregado un regalo para comenzar con buen pie e ilusión su labor: ordenanzas de las margaritas, etc.
Toma la palabra José Fermín Garralda, nuestro presidente regional, quien como cada año nos alienta a apoyar todo lo que organiza la comunión, y a participar en las campañas de propaganda. Cita también las palabras del sacerdote: “sed jóvenes castos, porque ahí está la alegría y fortaleza de la juventud”. Y por último toma la palabra Javier Garisoain, presidente Nacional: "Esta fiesta debería ser el colofón del año, la fiesta de finalización de una campaña. Aquí debiéramos hablar de todo lo que hemos hecho y los planes para el futuro. Para el año que viene ya sabéis, jóvenes”.
Con todos estos propósitos de seguir en la lucha de nuestros tiempos, nos despedimos con el tradicional brindis, la rifa de la cesta de Navidad, y los regalitos para los jóvenes pelayos y margaritas, como cada año.
Por una juventud de corazón limpio, ¡Viva Cristo Rey!
Queridos Borgoñones, cerramos el año con muchas anécdotas. Nos despedimos con una actividad de esas que “levantan la boina”.
Ni con una semana de existencia, Socorro Blanco Jóvenes con la colaboración de Cruz de Borgoña, lanza su primera actividad: un precioso encuentro con el ya centenario Luis Jáuregui, último requeté del tercio de Navarra. Al enterarnos de que seguía vivo y que acababa de cumplir 100 años, contactamos con él, comprobando que, aun siendo ya muy mayor, conservaba todavía el espíritu del que antepone la causa de Dios, la Patria y el Rey a su vida y a todas las cosas. Se alegró al proponerle la posibilidad de ir a pasar una mañana con él, reconociendo que “aunque mi casa no es ningún palacio, me alegrará mucho que vengáis a verme”. Hoy vive y podemos conocerlo e impregnarnos de su espíritu, así que sin pensarlo dos veces, nos fuimos a visitarle a Echauri, Navarra.
Nos recibió con generosidad inmensa. Con la calidez humana, sencillez y humildad de quien lleva esperando ese momento años, quitándose a sí mismo importancia. Un poco asustado al principio, nos confesó, ya que íbamos treinta personas. Preocupado porque “no sé dónde os meteré”, decía. Al vernos llegar y estar con él los primeros cinco minutos, el bueno de Luis se calmó y su rostro se alegró.
Nos enseña su diploma de excombatiente, las fotografías de su vida: su difunta mujer, sus compañeros de armas… Toma asiento en su sillón. Los quince niños sentados en el suelo rodeándole por completo, inmóviles, escuchando cada palabra como quien escucha una melodía. Los papás y personas mayores de pie, pues el salón no era grande. Su tono, sencillo, humilde y sobrecogedor, con connotaciones de vocabulario y expresiones del siglo anterior. Felipe Vives y Montse Prat fueron guiando la conversación haciéndole recordar. Una hora y cuarto estuvo hablando Luis, y en todo momento habló sin odio, con la pura bondad de aquél que entiende que el ideal trasciende lo material y mundano. Nos hizo viajar a la época de la guerra civil con descripciones al detalle, gracias a su buena memoria. Concretamente a los hechos que tuvieron lugar en la primera compañía del tercio de Navarra, donde se alistó con diecisiete años. Estuvo en Madrid, en Extremadura, en la batalla de Teruel, etc. hiriéndole hasta en dos ocasiones. Tuvieron que soportar unas condiciones de vida muy duras: hambre, frío… Recuerda Luis, que en una ocasión tomaron una posición y justamente estaban haciendo unas costillas de cerdo en una sartén. ¡Qué mejor botín!
Antes de irnos, interrumpimos los relatos para entregarle unos detalles y postales navideñas hechas con infinito cariño por los pelayos y margaritas, con motivo de su cumpleaños y de las fechas en las que nos encontramos.
Después de compartir sus vivencias con nosotros, llegó el momento de despedirse. Entonamos el Oriamendi y damos vivas a Cristo Rey, a España, al Rey y a nuestra querida Navarra y sus fueros. Pero al “joven veterano” le sabe a poco y, como aquél que no quiere que se acabe la juerga, nos propone ir a echar un aperitivo por el pueblo. Así que, de forma improvisada, algunas personas acompañaron al gran Luis Jáuregui a tomar algo, mientras otros se quedaban con los niños comiendo en el parque.
Después de comer, Gymcana y juegos en el parque con los niños. ¡Qué día tan mágico! No todos los días se conoce a un requeté auténtico, de carne y hueso. La España tradicional todavía sigue viva en estas personas.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Navarra y sus Fueros!