El demonio, el mundo y la carne.
Las Jornadas de Navidad de 2021 empezaron el 26 de enero y de la mejor manera posible, ya que tuvimos la gracia de poder empezar con la Adoración Eucarística en el convento de clausura de las Oblatas de Moncada. Una vez iniciadas las jornadas poniendo en el centro a Jesucristo y con las pilas cargadas disfrutamos de la velada de bienvenida.
Estás jornadas de manera personal las podría describir con una palabra. La palabra es combativa. Hemos tenido ponentes perfectamente cualificados, pero lo más importante es que tenían un discernimiento especial ya que hablaban del ejército que poco a poco el demonio está construyendo mediante la soberbia y la mentira. Era impresionante escuchar a los ponentes hablar de temas que hoy en día han silenciado como es el aborto, la eutanasia, el transhumanismo, la inteligencia y manera de entrar del demonio en nuestra alma, la debilidad del humano con la carne, la percepción en el lenguaje e infinidad de temas a tratar.
He agradecido que nos dijeran la verdad porque nos han motivado a combatir en estos tiempos, saber discernir del bien y del mal y a saber cuándo estamos siendo engañados. Como es costumbre, todos los días teníamos actividades deportivas y juegos en equipo gracias a los monitores que lo han coordinado. Ha fomentado mucho la convivencia y el trabajo en equipo. Ha sido un grupo muy divertido y servicial. Además, las instalaciones del Seminario Mayor de Moncada, que es donde estábamos alojados, eran inmensas y perfectas para jugar y divertirse.
El tercer día hicimos una excursión a Valencia, fuimos recorriendo toda la ciudad, visitando monumentos y reviviendo historias de santos que pasaron por esas mismas calles. Por últimos ese día tuvimos el regalo de poder rezar ante la reliquia del Santo Cáliz. Ver más de 20 jóvenes de rodillas ante semejante reliquia era conmovedor.
Aparte hemos tenido la bendición de tener rosario diario, misa diaria, sacerdote para confesar y hora santa. Hoy en día es una gracia enorme tener esto a nuestra disposición.
En conclusión, estás jornadas no ha sido pura casualidad, los jóvenes estamos llamados a vivir estos tiempos de decadencia con miras a la santidad. El demonio actúa y no podemos dejar que nos seduzca porque nosotros estamos en el lado del bien, el lado que va a triunfar sí o sí. Por eso hay que abrir los ojos y pedir al Espíritu Santo el Don del discernimiento, estar unidos a nuestras familias y no tener miedo de hablar de Jesús porque su Sagrado Corazón ha triunfado ya.
Inés F. R.